En su origen, la escritura en China constaba de pictogramas e ideogramas. Resulta difícil esbozar exactamente su historia, aunque la escritura revela que los caracteres chinos nacen de la combinación de signos abstractos.
La creación de los caracteres de Cangjie proviene de una leyenda de la antigua china. El lingüista y literato de Han del Este, Xu Shen (58-147), explica en su libro Shuowen Jiezi quién era Cangjie, un “personaje de la antigüedad, originario en la aldea de Wu, en la comarca de Nanyue. Nació con ciertas habilidades y tenía cuatro ojos. Observaba las huellas y características de los pájaros e insectos para crear caracteres. Creó el método de registro de la información que sustituía al tradicional de nudos en las cuerdas.”
El desarrollo y evolución posterior de la escritura está relacionado estrechamente con la aparición de los caracteres chinos. Por lo tanto, los cambios habidos en ellos durante siglos afectan a la forma y al estilo de lo que más tarde podría ya considerarse como arte caligráfico.
Lo que en un principio fue necesidad de comunicación, noticias, órdenes, relaciones de bienes y todo tipo de contabilidad y control, actividades que exigían formación en la materia para funcionarios y élites intelectuales, llegó a convertirse en arte. Ligó así su futuro al de la lengua mucho más allá de la simple comunicación, para transformarse en uno de los elementos vertebradores de la cultura china.