WASHINGTON.– El limpiador de alfombras carga su pesada máquina por la escalera, desenreda las mangueras y promete descartar el agua sucia en el baño que le habilitaron para eso. Es un día como cualquier otro de fregar alfombras por menos de 20 dólares la hora. “Cuéntenme de esta mancha”, les dice Vaughn Smith, de 46 años, a sus clientes del día. “Es la marca de Schroeder que se rasca la panza ahí”, le contesta uno de los dueños de casa.
Vaughn sabe exactamente qué hacer y la pareja, Courtney Atamm y Kelly Widelska, le tienen toda la confianza del mundo. Hace años que lo contratan y lo han visto sacar las manchas más rebeldes.