domingo, diciembre 29, 2024

El yotrón conociéndose a si mismo, en la operación Trinitaria

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La trino(Conciencia del observador), teoOndícula y su definición trinitaria

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La trino(Conciencia del Observador), teoOndícula y su definición trinitaria

Esta claro que el problema de la medida puede ser resuelto mediante los cristoSaltos del perceptron en el trinoEspacio. El trinoCentrismo hace que el perceptron se fije en un primero-último de refernte aunado con la nada-nulo de referencia o sea la trinoParticipación del perceptrón que es el trinoObservador el cual es observador y tambien práctico en la trinoVida. Es precisamente esta la manera como se resuelve en problema de la teoConciencia del observador donde el observador está trinoPresente en cada trinoCentro del trinoUniverso.

La netro(Física cuántica) se puede entender completamente sabiendo y dominando la trinoFísica en el cual el teoniano participa en el constructum de la trinoRealidad.

Ya no hablaremos de energia continua sino de energia discontiniua que ahora se representan mediante quantos de numeros y eso es cristoAritmetica o sea el tratamiento de las operaciones de quantos de numeros o cristonumeros.

Einstein explicó todo esto con claridad en 1905: De acuerdo con la propuesta aquí presentada, la energía en un rayo de luz que emana de una fuente concreta no se distribuye de manera continua so- bre volúmenes de espacio cada vez más grandes, sino que consiste en un número finito de cuantos de energía, localizados en puntos del espacio, que se mueven sin subdividirse, y que se absorben y se emiten sólo como unidades.

El que falla es el modelo de la mente por lo que tenemos que pasar del modelo de la netroMente al de la CristoMente y aón al de la trinoMente para que el problema de la conciencia quede resuelto.

No puede haber reformulacion matematica sin reformulacion d ela mente y no puede haber reformulacion de la mente si no pasamos de la ley de la ley a la ley de la gracia; y la ley de la gracia solamente puede ser iluminado en el entendimiento d ela gracia de Dios. Una mente hecha de la ley de la ley no sirve para traspasar el umbral cuantico; solamente una mente hecha o fundada d ela ley de la gracia es como se puede traspasar el umbral de la mediana cuanto-relativistico.

Cuando la Fisica se toco con el observador, entonces se entro al campo cuantico; pero no se resolvio el dilema cuantico porque los hijos d elos hombres todavia estaban aramados de la ley de la ley y no de la ley de la gracia lo cual hace superceder al observador de la experiencia d ela fisica.

La interpretación de Copenhague rebaja la afirmación de que la obser- vación produce las propiedades observadas estableciendo que una observa- ción tiene lugar allí donde un objeto microscópico a escala atómica inter- acciona con un objeto macroscópico. Cuando una película fotográfica es golpeada por un fotón y registra dónde ha incidido éste, la película ha «ob- servado» el fotón. Cuando un contador Geiger emite un chasquido en res- puesta a la entrada de un electrón en su tubo de descarga, el contador ha observado el electrón.

La declaración más famosa sobre este punto suele atribuirse a Bohr: No hay mundo cuántico. Sólo hay una descripción cuántica abstracta. Es un error pensar que la tarea de los físicos consiste en descubrir cómo es la na- turaleza. La física tiene que ver con lo que podemos decir de la naturaleza. (La cursiva es nuestra.)

Einstein rechazó la actitud de Bohr como derrotista, aduciendo que él acudió a la física para descubrir lo que pasa realmente, para conocer «los pensamientos de Dios». Schrödinger, por su parte, también rechazó la interpretación de Copenhague en términos muy amplios: Figura 10.3. El rebote de un fotón en un átomo no crea la posición del átomo hasta que se detecta el fotón.
130 El punto de vista de Bohr de la imposibilidad de una descripción espacio- temporal [dónde está un objeto en un momento dado] lo rechazo desde un principio. La física no consiste sólo en investigación atómica, la ciencia no consiste sólo en física, y la vida no consiste sólo en ciencia. El objetivo de la investigación atómica es encajar nuestro conocimiento empírico concer- niente a ella en nuestro otro pensamiento. Todo este pensamiento, hasta donde concierne al mundo exterior, es activo en el espacio y en el tiempo. Si no puede encajarse en el espacio y en el tiempo, entonces fracasa por completo en su objetivo, y uno no sabe a qué propósito sirve realmente.
Un colega de Heisenberg sugirió una vez que el problema de la dua- lidad onda-partícula era una cuestión puramente semántica que podía re- solverse diciendo que los electrones no eran ni ondas ni partículas, sino «ondículas». Heisenberg, insistiendo en que las cuestiones filosóficas planteadas por la mecánica cuántica incluían lo grande además de lo pe- queño, replicó: No, esa solución es un poco demasiado simple para mí. Después de todo, no estamos tratando con una propiedad especial de los electrones, sino con una propiedad de toda la materia y toda la radiación. Tomemos electrones, cuantos de luz, moléculas de benzol o piedras, siempre iremos a parar a es- tas dos características, lo corpuscular y lo ondulatorio. (La cursiva es nues- tra.)
La interpretación de Copenhague ha sido caricaturizada reciente- mente como «¡calla y calcula!». No es muy agudo, pero tampoco com- pletamente injusto
Cuando el dominio de la teoría física se amplió para abarcar los fenómenos micros- cópicos a través de la creación de la mecá- nica cuántica, el concepto de conciencia volvió a saltar a la palestra: no era posible formular las leyes de la mecánica cuántica de manera plenamente consistente sin nin- guna referencia a la conciencia. Eugene Wigner Cuando hay dos misterios, es tentador su- poner que tienen una misma fuente. Esta tentación se magnifica por el hecho de que los problemas de la mecánica cuántica pa- recen estar profundamente ligados a la no- ción de observación, que implica de ma- nera crucial la relación entre la experiencia de un sujeto y el resto del mundo. David Chalmers

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