El entendimiento y la conciencia mora en el espíritu y no en la mente o el cerebro de las creaturas
(Job 32: 8) Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.
Queda absolutamente claro que la sabiduría y el poder de Dios, son patrimonios inclaudicables de todos los cristianos; sólo tienen que tomarlo. Asimismo el atinado consejo y la inteligencia para llevar a cabo las distintas estrategias, también son patrimonio del pueblo santo.
Una vez más queda establecido que tanto la sabiduría como la inteligencia tienen su cuna en el temor a Jehová, y su testimonio viviente en apartarse de toda clase de mal. No existe tal cosa como alguien incursionando en lo malo que pretenda ser reconocido como inteligente. La inteligencia no es patrimonio cultural, es soplo de Dios en la vida.