“Así como un bebé sabe sintonizar la voz de su madre, un adolescente sabe sintonizar voces nuevas”, dijo en un comunicado el autor principal del estudio, Daniel Abrams, profesor clínico asociado de psiquiatría y ciencias del comportamiento. “Como adolescente, no sabes que estás haciendo esto. Estás siendo tú mismo: tienes amigos y nuevos compañeros y quieres pasar tiempo con ellos. Tu mente es cada vez más sensible y atraída por estas voces desconocidas”.
De alguna manera, los cerebros de los adolescentes son más receptivos “a todas las voces”, incluida la de sus madres, que los cerebros de los niños menores de 12 años, descubrieron los investigadores, un hallazgo que se alinea con su mayor interés en muchos tipos de señales sociales.